lunes, 7 de mayo de 2012

Cosas veredes amigo Sancho que farán fablar las piedras

Los últimos datos publicados en la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de una universidad española dan un vuelco a lo que hasta ahora pensábamos del turismo. Según esas fuentes la historia del turismo de masas no tendría su origen en la segunda mitad del siglo XX como pensábamos, sino que se remonta mucho más en el tiempo, hasta el antiguo Egipto e incluso a los hititas.
Esto supone una reinterpretación del turismo en nuestro país. Así, los fenicios podrían no haber venido a comerciar, sino que serían los primeros visitantes de las playas de Benidorm y posiblemente habrían inventado las macrodiscotecas de Ibiza, eso sí, a golpe de flauta y tambor. Igualmente, ni el Imperio Romano ni los árabes invadieron la península ibérica, sino que simplemente habrían acudido a la llamada de una forma de vida más hedonista y a disfrutar de nuestro clima, como lo atestiguan el gran número de “segundas residencias” –un ejemplo lo tenemos en la película Gladiator-. Finalmente, la Guerra de la Independencia tendría su origen en una confusión: las tropas francesas estaban en nuestro país invitadas por el rey de España para disfrutar de un merecido descanso tras sus campañas por toda Europa; el malentendido surgió cuando un francés “rijoso” al más puro estilo Strauss Kahn le “tiró los tejos” a una mostoleña. La consecuente refriega entre los lugareños y los turistas, algo muy habitual en los pueblos españoles desde siempre como lo atestiguan el sin número de fiestas de moros y cristianos en las que nunca se sabe quien gana, dio origen a esta guerra que no debería recibir tal nombre sino “fiesta popular”.
Los autores del descubrimiento piensan solicitar un tramo de investigación basándose en su trabajo.
©José L. Calvo

miércoles, 2 de mayo de 2012

Un mero ejercicio numérico: el Plan Marshall europeo

Parece que por fin los alemanes se han dado cuenta de que su economía está tan ligada al resto de Europa, incluidos los PIIGS, que las políticas restrictivas impuestas la pueden llevar incluso a ella a la recesión. Por eso la propuesta de un “Plan Marshall europeo” para crear empleo y desarrollo en los principales países afectados por la crisis, siendo financiado por el Banco Europeo de Inversión. No porque sean buenos, sino porque les interesa.
Un simple ejercicio numérico: si el 40% del PIB alemán procede la exportación; si de ese 40% el 70 por ciento se vende en Europa; y si más de la mitad de Europa está en recesión –es decir, no puede comprar porque sus ingresos no solo no aumentan sino que disminuyen-, ¿de dónde va a obtener Alemania el porcentaje de su PIB que representan las compras españolas, griegas, portuguesas, etc. a las que pronto habrá que añadir las británicas (el Reino Unido está en recesión ya) o francesas (el próximo país en caer en la recesión)…? Pues esto lo acaban de descubrir ahora los “cabezas cuadradas”.
¿Quiere esto decir que en España se debe acabar con las políticas de ajuste? Ni mucho menos. Porque las políticas que debe implementar el gobierno español –y que en gran medida está haciendo el ministro de Hacienda- son de RACIONALIZACIÓN DEL GASTO. Primero veamos lo que nos podemos gastar; luego en qué y elijamos en función de nuestra ideología. Pero no hagamos como el PSOE y dilapidemos la riqueza ¿o nadie se acuerda ya que el Plan E malgastó 150.000 millones de euros en 2 años en infraestructuras a las que ahora no se les puede dar mantenimiento?
Un último apunte: que el “Plan Marshall europeo” se dirija desde Bruselas y no se entregue el dinero ni a los gobiernos nacionales ni a las Comunidades Autónomas o los ayuntamientos. Será la única forma en que se invierta en algo sensato. Nuestros políticos, de todo signo y localización, han demostrado su incapacidad.
© José L. Calvo