Los últimos datos publicados en la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de una universidad española dan un vuelco a lo que hasta ahora pensábamos del turismo. Según esas fuentes la historia del turismo de masas no tendría su origen en la segunda mitad del siglo XX como pensábamos, sino que se remonta mucho más en el tiempo, hasta el antiguo Egipto e incluso a los hititas.
Esto supone una reinterpretación del turismo en nuestro país. Así, los fenicios podrían no haber venido a comerciar, sino que serían los primeros visitantes de las playas de Benidorm y posiblemente habrían inventado las macrodiscotecas de Ibiza, eso sí, a golpe de flauta y tambor. Igualmente, ni el Imperio Romano ni los árabes invadieron la península ibérica, sino que simplemente habrían acudido a la llamada de una forma de vida más hedonista y a disfrutar de nuestro clima, como lo atestiguan el gran número de “segundas residencias” –un ejemplo lo tenemos en la película Gladiator-. Finalmente, la Guerra de la Independencia tendría su origen en una confusión: las tropas francesas estaban en nuestro país invitadas por el rey de España para disfrutar de un merecido descanso tras sus campañas por toda Europa; el malentendido surgió cuando un francés “rijoso” al más puro estilo Strauss Kahn le “tiró los tejos” a una mostoleña. La consecuente refriega entre los lugareños y los turistas, algo muy habitual en los pueblos españoles desde siempre como lo atestiguan el sin número de fiestas de moros y cristianos en las que nunca se sabe quien gana, dio origen a esta guerra que no debería recibir tal nombre sino “fiesta popular”.
Los autores del descubrimiento piensan solicitar un tramo de investigación basándose en su trabajo.
©José L. Calvo
Esto supone una reinterpretación del turismo en nuestro país. Así, los fenicios podrían no haber venido a comerciar, sino que serían los primeros visitantes de las playas de Benidorm y posiblemente habrían inventado las macrodiscotecas de Ibiza, eso sí, a golpe de flauta y tambor. Igualmente, ni el Imperio Romano ni los árabes invadieron la península ibérica, sino que simplemente habrían acudido a la llamada de una forma de vida más hedonista y a disfrutar de nuestro clima, como lo atestiguan el gran número de “segundas residencias” –un ejemplo lo tenemos en la película Gladiator-. Finalmente, la Guerra de la Independencia tendría su origen en una confusión: las tropas francesas estaban en nuestro país invitadas por el rey de España para disfrutar de un merecido descanso tras sus campañas por toda Europa; el malentendido surgió cuando un francés “rijoso” al más puro estilo Strauss Kahn le “tiró los tejos” a una mostoleña. La consecuente refriega entre los lugareños y los turistas, algo muy habitual en los pueblos españoles desde siempre como lo atestiguan el sin número de fiestas de moros y cristianos en las que nunca se sabe quien gana, dio origen a esta guerra que no debería recibir tal nombre sino “fiesta popular”.
Los autores del descubrimiento piensan solicitar un tramo de investigación basándose en su trabajo.
©José L. Calvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario