martes, 27 de mayo de 2014

¿Sueñan los econoandroides del FMI con españoles de plástico?

Hoy nos llega la última propuesta del FMI para la economía española: bajada de salarios en las empresas con problemas y subida de la imposición indirecta (IVA). Es decir, más de lo mismo en esta vorágine de política y economía ortodoxa en la que definitivamente se ha decidido que hay que hacer más ricos a los ricos y convertir en proletariado a la clase media, sobre la que está recayendo la crisis económica –de los pobres ya ni hablan. Esos solo cuentan en sus estudios teórico/estadísticos, pero a la hora de afrontar las soluciones no se tiene en cuenta ni su situación ni sus necesidades-.
No voy a analizar las propuestas de manera extensiva, pero permítanme unos breves  comentarios: la condonación de deuda a las Pymes viables es un brindis al sol; la posibilidad de bajada de salarios en las empresas con dificultades es una vuelta de tuerca más al ultraliberalismo económico. Y la subida del IVA es, nuevamente, una propuesta basada en modelos econométricos irreales.
Ya he comentado en otro post cómo la subida del IVA no tiene que suponer un aumento de la recaudación. Varios son los motivos. Por un lado la elasticidad de la demanda, algo que saben hasta los econoandroides: si la demanda es elástica los consumidores sobrerreaccionan a una subida del precio –que es lo que supone el aumento del IVA- y disminuyen los ingresos. En segundo lugar se puede producir una caída debido a la reducción absoluta de la demanda: si antes salía a cenar todos los fines de semana y me gastaba 200€ al mes de los que 40€ eran de IVA, la subida propuesta puede hacer que deje de salir algunos fines de semana e incluso todos, por lo que esos 40€ desaparecen de las arcas de Hacienda. Finalmente, hay una relación directa entre aumento del IVA y crecimiento de la economía sumergida, a lo que hay que sumar la indignación nacional ante la corrupción generalizada de la casta política. En esa medida un defraudador de Hacienda se convierte en una especie de vengador de aquellos que no podemos evitar pagar y todos justificamos su acción. Los dos últimos puntos no los reflejan los modelos econométricos, pero sí la Economía del Comportamiento y el sentido común.
El problema es el del siempre: en el mundo virtual de sus modelos macoreconométricos recreados en los despachos los españoles son de plástico y se les puede reducir el salario y subir los impuestos sin que reaccionen. Por eso les debe haber sorprendido tanto que en el país de la reina del FMI un partido en contra de su política se haya hecho con la mayoría de los votos franceses; que en España una fuerza política situada en el polo opuesto del espectro ideológico de la francesa y creada tan solo hace cuatro meses haya recogido cerca de un millón y medio de votos en contra de los recortes y su diseño de Europa o que en Grecia tampoco comulguen con sus ideas. Eso no lo predecía el modelo. ¡Y para eso tanto estudiar! Que decían en mi pueblo. Quizás sería mejor que los econoandroides del FMI salieran a la calle a ver cómo es el mundo, como lo hacían sus homónimos de Blade Runer.

© José L. Calvo, 2014

P.D.: Gracias Podemos. Me habéis devuelto la ilusión, la fuerza para creer que este país tiene otra solución. Al menos cerca de un millón y medio pensamos que sí.

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