Uno de los principios que debe regir la política económica
es el de equidad, que en caso de la equidad vertical se define como la “justicia
en el tratamiento impositivo de los individuos que se encuentran en
circunstancias diferentes y deben, por tanto, ser tratados de manera diferente”
(http://es.mimi.hu/economia/equidad.html).
Si, además, queremos un sistema impositivo progresivo, la suma de la equidad y
la progresividad se podría traducir en un principio económico tan sencillo como
que
pague más aquél que más tiene.
Y sin embargo, el gobierno, que debió fumarse esa clase en la Facultad, está empeñado en hacer todo lo
contrario: no solo no está haciendo una política equitativa, sino que está
haciendo recaer los ajustes de la crisis en los que menos tienen. La no
actualización de las pensiones no es más que el último ejemplo, pero todos
tenemos en mente los anteriores: primero se redujeron los salarios públicos; luego
se modificó la legislación laboral para que fuera más fácil el despido, se ha
permitido a lo largo de toda la crisis que gente sin recursos fuera expulsada
de sus viviendas en beneficio de los bancos… Y mientras, estos recibían dinero
de los contribuyentes –es decir, de todos nosotros incluidos los desahuciados-, se creaba el banco malo para encubrir la mala gestión
de unos políticos y gestores ineptos que no han respondido en ningún momento
por ella, se mantenía la tributación de las SICAV –recordemos, la participación
mínima en una SICAV es de 100.000€, así que allí no tiene el dinero ningún mindundi sino los ricos españoles de
verdad- o se gastaba medio millón de euros en la página web de una institución
que nadie sabe para qué sirve.
En definitiva, la política económica que está aplicando el
gobierno es que pague la crisis quien tiene poco y quien tiene no solo que no
la pague sino que se aproveche de ella. Una política de la derechona
más rancia que deja un tufo, en el fondo y en las formas, a la que hacía el
paisano del Ferrol del actual presidente del gobierno.
Lo impresionante es que ni siquiera tendrían que haber hecho
uso de criterios de equidad o progresividad para haber acompasado la no
actualización de las pensiones con otra medida que nos hiciese sentir que la crisis la estamos pagando todos –como
un impuesto a las grandes fortunas, la
subida del tipo de las SICAV o una investigación sobre el coste de la página
web del Senado-: con un gobierno que en un año ha perdido un 13,3% de la
intención de voto, con un presidente que tiene la peor imagen de la democracia,
un pequeño conocimiento de marketing político, la intención de recuperar algo
de terreno ante la ciudadanía, les habría obligado a dar una de cal y otra de arena.
W. Churchill pidió a sus conciudadanos un esfuerzo titánico
en la Segunda Guerra Mundial: sangre, sudor y lágrimas fue su máxima. Pero él
personalmente explicó por qué lo pedía y su gobierno fue el primero en
aplicarsela. Aquí del Sr. Rajoy solo vemos la “lucecita” de la Moncloa y del esfuerzo se
libran los ricos y los políticos.
© José L. Calvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario