Hace tiempo que no aparecía por aquí por vergüenza. Por vergüenza de pertenecer a un colectivo, el de los economistas, que se ha ganado el desprecio de la sociedad. No ya solo por no haber sabido prever una crisis como la actual –aunque algunos ya veníamos comentando que el crecimiento del ladrillo tenía un fin-, sino por formar parte de un grupo en el que sus miembros más destacados acabarán formando un think tank en Soto del Real. Como ya he dicho muchas veces, asentar toda la doctrina económica en creer que somos racionales no solo es un error axiomático, es una estupidez (lo mismo que pensar que los políticos actúan por el interés de la sociedad y no por el suyo propio).
Otra de las cosas que me provoca sonrojo es que los economistas solemos darle nombres rimbombantes a cosas que ya tienen una definición muy clara en el diccionario de la Lengua Española (DRAE). Dos ejemplos relacionados con la banca y el sistema financiero en general: la banca tradicional y la banca de inversión.
La banca tradicional es la de toda la vida, la que recibe depósitos y presta a particulares, empresas y administraciones públicas cobrando por ello un interés. Esta labor, que ahora mismo no están haciendo los bancos españoles, es fundamental para el funcionamiento de la economía capitalista, lo que ha “justificado” los rescates bancarios en toda Europa y los más de 100.000 millones de euros que hemos perdido los españoles por su mala gestión. Pues bien, acudamos al DRAE. Prestar significa entregar algo a alguien para que lo utilice durante algún tiempo y después lo restituya o lo devuelva. Pero esto no es lo que hacen los bancos, ya que en esa definición no hay intereses. Hay otro término que nos permite acercarnos mejor a una definición de lo que hacen las entidades financieras: usura que el DRAE define como el interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. Así que lo que hace la banca tradicional es usura –es interesante que si alguien te presta dinero y te cobra por ello es un usurero y está mal visto y si lo hace el banco es bueno para todos-.
Pasemos ahora a la banca de inversión que es el conjunto de entidades que se dedican a obtener financiación para las empresas y gobiernos a través de la emisión y colocación de valores. Hasta aquí todo bien salvo por un pequeño detalle: ¿qué valores y a quién se colocan? Si hablamos de acciones, bonos o letras todo está claro, pero si pensamos en futuros, opciones, CDs, titulizaciones, etc. entonces todo es mucho más complicado de entender porque no hay una relación directa entre el título y el órgano emisor –para hacernos una idea la CNMV ha tenido que publicar una guía-. Y en cuanto a la colocación, si lo hace entre inversionistas profesionales que tienen información de cómo funcionan estos mercados nuevamente nada que objetar, pero si los destinatarios son personas que desconocen lo que son esos activos; si además no solo las reglas no están claras sino que las alteran entonces ya no es banca de inversión sino trileros. Es como dejarle el dinero a alguien pensando que está en buenas manos y lo usa para ir al casino a jugar a la ruleta; pero además el croupier mueve la mesa para que caiga donde él quiere. Tengan en cuenta otra cosa que normalmente tampoco se dice: con este tipo de activos se produce un juego de suma cero, es decir, alguien gana porque alguien pierde.
Así que hablemos con propiedad del sistema bancario. Banca tradicional = usura; banca de inversión = trileros. A lo mejor teniendo las cosas claras podemos evitar nuevas crisis.
Otra de las cosas que me provoca sonrojo es que los economistas solemos darle nombres rimbombantes a cosas que ya tienen una definición muy clara en el diccionario de la Lengua Española (DRAE). Dos ejemplos relacionados con la banca y el sistema financiero en general: la banca tradicional y la banca de inversión.
La banca tradicional es la de toda la vida, la que recibe depósitos y presta a particulares, empresas y administraciones públicas cobrando por ello un interés. Esta labor, que ahora mismo no están haciendo los bancos españoles, es fundamental para el funcionamiento de la economía capitalista, lo que ha “justificado” los rescates bancarios en toda Europa y los más de 100.000 millones de euros que hemos perdido los españoles por su mala gestión. Pues bien, acudamos al DRAE. Prestar significa entregar algo a alguien para que lo utilice durante algún tiempo y después lo restituya o lo devuelva. Pero esto no es lo que hacen los bancos, ya que en esa definición no hay intereses. Hay otro término que nos permite acercarnos mejor a una definición de lo que hacen las entidades financieras: usura que el DRAE define como el interés que se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo. Así que lo que hace la banca tradicional es usura –es interesante que si alguien te presta dinero y te cobra por ello es un usurero y está mal visto y si lo hace el banco es bueno para todos-.
Pasemos ahora a la banca de inversión que es el conjunto de entidades que se dedican a obtener financiación para las empresas y gobiernos a través de la emisión y colocación de valores. Hasta aquí todo bien salvo por un pequeño detalle: ¿qué valores y a quién se colocan? Si hablamos de acciones, bonos o letras todo está claro, pero si pensamos en futuros, opciones, CDs, titulizaciones, etc. entonces todo es mucho más complicado de entender porque no hay una relación directa entre el título y el órgano emisor –para hacernos una idea la CNMV ha tenido que publicar una guía-. Y en cuanto a la colocación, si lo hace entre inversionistas profesionales que tienen información de cómo funcionan estos mercados nuevamente nada que objetar, pero si los destinatarios son personas que desconocen lo que son esos activos; si además no solo las reglas no están claras sino que las alteran entonces ya no es banca de inversión sino trileros. Es como dejarle el dinero a alguien pensando que está en buenas manos y lo usa para ir al casino a jugar a la ruleta; pero además el croupier mueve la mesa para que caiga donde él quiere. Tengan en cuenta otra cosa que normalmente tampoco se dice: con este tipo de activos se produce un juego de suma cero, es decir, alguien gana porque alguien pierde.
Así que hablemos con propiedad del sistema bancario. Banca tradicional = usura; banca de inversión = trileros. A lo mejor teniendo las cosas claras podemos evitar nuevas crisis.
© José L. Calvo, 2014
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