Bienvenidos a 2016, el año en que la política dejó
de lado los problemas económicos de España… por ahora. Ha pasado un mes de las
últimas elecciones y durante todo ese tiempo las fuerzas políticas de nuestro
país se están dedicando a trapichear cargos y gobiernos. No voy a dar mi
opinión sobre lo que está ocurriendo, sino simplemente resaltar un hecho: el
año que viene se cumplen 100 de la Revolución de Octubre, y da la
sensación que nuestro país está siguiendo sus pasos: tenemos rusos blancos –PP y Ciudadanos-; mencheviques –PSOE- y bolcheviques –Podemos et al.-. Un
repasito por la historia nos vendría bien a todos, pero especialmente al PSOE,
fundamentalmente para no repetirla como farsa que decía Karl Marx.
Lo más asombroso de todo este batiburrillo es que la economía ha desaparecido de las negociaciones.
Se habla de gobiernos progresistas, de medidas sociales, de referendum sí referendum no -como la parrala-... palabras
altisonantes pero en ningún momento he visto sobre el papel propuestas concretas que afronten
los problemas reales de los españoles. Y no es porque nuestra economía no los tenga:
seguimos
con un paro del 21,4% con cerca de 5 millones de desempleados y una tasa de cobertura del 58%;
el déficit es del 5,9% del PIB; la prima de riesgo está por encima de
los 120 puntos; la deuda pública ronda el 100% del PIB; la bolsa ha sufrido un
desplome de más de un 13%... Incomprensible que nadie priorice estos problemas
a la hora de negociar con unas formaciones u otras en lugar de saber si son de
izquierdas, derechas o saltimbanquis.
Por si esto fuera poco la Unión Europea espera
la formación de un nuevo gobierno para mandarle su mensaje de obligatorio
cumplimiento: es preciso recortar otros 10.000 millones de euros del déficit público
si queremos situarnos en una senda que nos permita seguir en Europa.
De Podemos no me sorprende su actitud.
En el fondo ellos no están con la Europa de los capitales y siguen la doctrina griega,
especialmente la de Varoufakis. Su objetivo es una Europa construida sobre unos pilares que suenan muy bien pero que
son imposibles en el sistema capitalista actual. Claro que para eso está la
referencia de Octubre del 17.
Pero del PSOE sí. Parece que las ansias
de tocar poder han obnubilado no solo al candidato Pedro Sánchez sino también al
conjunto del partido. No discuten sobre datos, políticas o programas
sino sobre acuerdos. Se les llena la boca de gobierno progresista, de
cambio… pero suenan a humo. No ofrecen nada real, solo discursos. Mal
camino han cogido los socialistas/mencheviques.
Yo, como soy seguidor de Anguita, creo que solo
hay una vía para la negociación entre el PSOE, Podemos, Ciudadanos, los nacionalistas o el PP:
programa, programa y programa. Y en él no puede faltar ni la defensa de
los ciudadanos, ni el bienestar de los individuos, ni la justicia social y por supuesto tampoco nuestro rol en la Unión Europea.
Somos socios de un conjunto de países; nos hemos dado unas reglas de
funcionamiento que se entroncan en la más pura tradición del capitalismo; y
hemos de cumplirlas si queremos seguir formando parte de ese club exclusivo. Lo
demás es o revolución o verborrea. Que se lo digan a Tsipras. W. Schäuble está esperando tenedor en mano para comerse al nuevo Varoufakis.
© José L.
Calvo, 2016
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