¿Han intentado alguna vez poner en pie un Chupa
Chups apoyándose en el palito? La física deja claro que es prácticamente imposible
que sobre una superficie muy reducida, la base del palo, pueda sostener una
bola de caramelo cuyo peso es muy superior. Pues aunque no lo crean, esa es
justamente la situación del actual sistema financiero internacional. Por eso es
lógico el miedo a una nueva recesión.
En la película La Gran Apuesta
la cantante Selena Gómez y Richard Thaler explican perfectamente la situación
del sistema financiero: Selena apuesta 10 millones de dólares en la mesa de
blackJack a una mano que tiene altas probabilidades de ser ganadora; otra
persona apuesta a que Selena ganará la mano; una tercera persona apuesta a que
la segunda, es decir, la que ha apostado a que Selena ganará, también ganará… y
así siguen creciendo las apuestas, de forma que ante una mano de 10 millones lo
que realmente hay apostado alrededor puede ser de miles o cientos de miles de
millones de dólares. Eso es lo que hacen los
CDOs sintéticos, los CoCos
y muchos de los activos financieros en circulación. Dicho en términos sencillos,
sobre un contrato base –por ejemplo, una hipoteca-, se sustentan una pléyade de
“productos financieros” que suponen miles de millones de euros.
Cuando el croupier saca su carta y obtiene una
puntuación mejor que la de Selena y gana la mano no sólo esta ha perdido sus 10
millones, sino que muchas, muchísimos fondos de inversión, planes de pensiones,
etc. deberían perder el suyo.
Y ahora es cuando viene el segundo truco de esta
crisis. Como esos grandes inversores que están a punto de perder su dinero son
los que realmente mueven no solo la economía mundial sino también la política
internacional, exigen a los gobiernos que hagan lo imposible para no verse
afectados. Que lo sufran el resto de los ciudadanos, que pierdan sus empleos,
sus casas, su forma de ganarse la vida, etc. que provoquen una recesión mundial
es un daño
colateral asumible mientras ellos puedan seguir
bañándose en bañeras de oro, puedan contratar las putas más lujosas y sigan
siendo unos winners. Por no decir nada de los grandes bancos too big to fail
aprovechándose del riesgo
moral.
Por eso no es extraño que esté corriendo como la
pólvora una revolución contra las castas,
desde Grecia a España pasando por el candidato demócrata en Estados Unidos
Berni Sanders. Después de más de 7 años de crisis los ciudadanos están
hastiados –por decirlo finamente, hasta los h. sería más preciso- de unos
políticos que sólo han sacado “la artillera” para defender a los bancos y lo
han hecho a costa de sus ciudadanos. Y todo para ver cómo el sistema financiero
no ha aprendido nada, que vuelve a las andadas, que reclama la desregulación; que
sigue intentando hacernos creer que es posible poner de pies un Chupa Chups
sobre su palito.
El futuro pinta oscuro. Es más que probable la
llegada de una nueva crisis. Porque cuando el sistema financiero tuvo que
corregir su actuación no lo hizo, aunque se le inyectase dinero público sacado
de nuestros impuestos en el mejor de los casos y de los empleos de muchos;
porque los políticos que deberían imponer “orden” no lo van a hacer ya que no
van a actuar contra quien les financia sus campañas –Bernie Sanders es el único
político que defiende al reforma de Wall
Street. A nuestra casta, PP, PSOE
y C’s ni les suena- .
El sistema financiero internacional carece de
cimientos, y como sabían hasta los tres cerditos y el lobo, las casas sin fundamentos
vuelan en cuanto sopla un poco el viento. Y se avecina un huracán.
© José L.
Calvo, 2016
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