Como profesor lo
primero que le exijo a mis alumnos cuando me proponen un trabajo de
investigación es que no pueden hacer ninguna afirmación si no
está basada en hechos y sustentada por datos. Los discursos vanos, las
soflamas no tienen cabida en la Economía ni en ninguna ciencia seria. Si se
afirma algo hay que contrastarlo con la realidad, ponerle números y ver si es
posible.
Esto, que parece
lógico y es el método científico aplicado a la Economía como señalaba G. Becker,
es permanentemente
incumplido por nuestros políticos. Por eso me da pánico pensar en lo
que puede suceder y en las propuestas que vamos a escuchar en estas escasas
semanas que quedan para obtener un pacto de gobierno antes de que se celebren
nuevas elecciones. Por un lado, por la necesidad de Pedro Sánchez de
alcanzar un acuerdo ya que en caso contrario tiene todas las papeletas para
dejar de ser Secretario general del PSOE; y en segundo lugar porque de
Podemos es posible esperar cualquier “boutade populista”.
Y que conste que
creo que los cargos de Podemos actúan
de buena fe. Pero desconfió de su conocimiento de las instituciones y de cómo funciona un
estado democrático donde la ley se impone a las órdenes –no somos bolivarianos- Dos ejemplos magníficos
los tenemos en el artículo publicado ayer por El Confidencial
y el choque que se está produciendo entre los deseos de Ahora Madrid y la realidad de su capacidad de actuación. No es que
los funcionarios estén torpedeando la actuación del equipo de Carmena –alguno habrá,
pero no es la tónica general ni mucho menos-, es que existe una realidad, un
ordenamiento jurídico que hay que cumplir. Por otro lado la actuación del alcalde de
Cádiz, Kichi, ante el desalojo de una familia -la imagen de esa mujer diciéndole al alcalde “quita
la crisis Kichi” es la mejor expresión de lo que prometió Podemos y no puede cumplir. De esa desconexión entre promesas y
realidad cumplible-. Estoy seguro de su malestar ante la situación de
esta pareja, de que a título personal habría hecho lo posible y lo imposible
para ayudarles. Pero como alcalde está limitado por sus
atribuciones. Incluso aunque hubiera querido resolver su problema el
funcionario de turno le habría tenido que explicar que hay una lista de espera,
que el ayuntamiento tiene una capacidad de actuación limitada y que si quiere
saltarse ambos va a incumplir la ley.
Por eso mi
recomendación a los negociadores del Gobierno
del cambio es la siguiente: cojan un cuaderno y ábranlo por la mitad; en el
lado izquierdo escriban en letras mayúsculas PROPUESTAS; en el lado derecho FINANCIACIÓN;
anoten en la izquierda todas las magníficas ideas que se les ocurran para
salvar al país y a sus ciudadanos y a la derecha cómo las van a pagar. Y ahora
lo más importante: ni una sola propuesta sin el dinero que la va a financiar. Y no valen
términos abstractos como “lucha contra la corrupción”, “impuestos a los ricos”,
etc. dinero contante y sonante.
Un ejemplo. Si Podemos solicita una renta básica, una renta
de ciudadanía de por ejemplo 400€ para los mayores de 16 años entonces habría que
apuntar en PROPUESTAS 400*12*38.489,6 @
185.000 millones de euros al año. Ahora habría que anotar en FINANCIACIÓN de
dónde van a salir esos millones, por ejemplo 20.000 millones de eliminación de
las Diputaciones… Sólo cuando hubiese en FINANCIACIÓN 185.000 millones sería
aceptada la renta básica.
Una última cosa.
Cualquier gobierno que salga de esas
negociaciones tendrá que enfrentarse, al día siguiente de su constitución,
a una demanda de la UE de reducción del déficit de, por lo menos, 25.000
millones de euros. Así que antes de empezar a hablar deberían anotar en
FINANCIACIÓN esos 25.000 millones. Para que no haya sustos posteriores.
© José L. Calvo, 2016
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