miércoles, 7 de septiembre de 2016

La Teoría Económica Ortodoxa está viva: España lo confirma

La evolución de la economía española en este último año está causando sorpresa a un buen número de expertos y medios de comunicación. Como señala la CNN, “este país no tiene gobierno y crece al 3%”. Y sin embargo la explicación no hay que buscarla muy lejos. Está en los manuales de Teoría Económica.
Uno de los supuestos de la Teoría Económica ortodoxa es que para que una economía se sitúe en una senda de crecimiento es fundamental que existan unas expectativas estables. En la medida en que las expectativas son estables los agentes -empresas, trabajadores, sindicatos, incluso el sector público- pueden predecir correctamente el comportamiento de los demás miembros de la economía, y ajustar el suyo propio a esa situación. Es un juego con un equilibrio estable en el que no solo todos conocen las reglas del juego y la estrategia de los demás, sino que además saben que ninguno tiene capacidad ni para variar las reglas ni para cambiar de estrategia.
¿Por qué sucede esto? Porque ni el gobierno tiene potestad para introducir leyes ni la oposición capacidad para hacerles frente -creando conflictividad social-. A lo largo de este maravilloso año sin gobierno las leyes son las que son -nos guste más o menos la reforma laboral, la ley presupuestaria, del IRPF, etc.- por lo que las reglas del juego están dadas. Conocidas por los interesados tanto los empresarios como los trabajadores se ajustan a ellas, dando como resultado ese crecimiento que tanto extraña.  
Es la primera vez que esto pasa en democracia, ya que la tradición decía que cuando un nuevo partido entraba en el gobierno, con mayoría absoluta, imponía su ideología y legislaba siguiéndola. Con el actual bloqueo son imposibles tanto “aventuras presupuestarias” del tipo Plan E como nuevas propuestas para liberalizar el mercado laboral. La legislación económica no se ha modificado en un año, algo que no había pasado nunca en democracia y mucho menos desde la crisis de 2008.
Por ese motivo creo que deberíamos seguir votando ad infinitum (es broma). Con la actual caterva de políticos, que están más atentos a cómo dan en la tele que a los intereses de los españoles, lo mejor es que nos dejen funcionar libremente, sin intervenir. Lo que viene a confirmar la Teoría Económica más ortodoxa y neoliberal: los españoles nos autorregulamos sin necesidad de políticos. ¡Quién iba a pensar que seríamos los españoles los que le diéramos la razón a Milton Friedman!
© José L. Calvo, 2016  

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