Acabo de comprarme el libro de Daniel Kahneman “pensar rápido, pensar despacio” en el que el premio Nobel de Economía de 2002 –primer psicólogo en obtenerlo- mantiene que en un buen número de ocasiones cuando tomamos decisiones en situaciones de incertidumbre nos equivocamos. Dicho en términos económicos: cuando hay incertidumbre no actuamos con racionalidad.
El libro de Kahneman debería ser consultado por el ministro Montoro y su equipo ante las nuevas medidas propuestas, y en especial la subida del IVA. Y ello porque mucho me temo que los objetivos recaudatorios que se han propuesto no van a producirse. La irracionalidad se va a llevar por delante su política. Algunas razones: el ya comentado en otros post efecto inmersión, por el que se van a dejar de declarar todas aquellas actividades que se puedan. El ya famoso con IVA o sin IVA; la destrucción de la industria cultural, ya que con IVAs del 21% es poco probable que la gente compre libros, acuda al cine o a espectáculos… Si ya éramos “un país de piratas” y antes de la subida del IVA comprábamos CDs en la calle aunque tuviéramos que soportar las toses del vecino de butaca ¿se imaginan ahora? Por no citar la de e-books que van a circular por la Red; y finalmente, lo que denomino el efecto demostración. El gobierno está demostrando por qué se afirma que el PP es de derechas: aplica la máxima robar a los pobres para dárselo a los ricos. Y si no ¿cómo se explica que suban los impuestos que recaen sobre la clase baja y media y se olviden de, por ejemplo, un impuesto sobre los bienes de lujo del 33% que ya estuvo vigente con Adolfo Suárez o el impuesto sobre las grandes fortunas?
Por cierto, que este último también demuestra la esquizofrenia del PSOE que reclama en la oposición lo que se negó a introducir en el gobierno: lo pide nueve meses después de que su presidente negase su operatividad por poco recaudatorio y para evitar la huída de capitales (gran visión Sr. Zapatero, ya que de enero a junio se han ido del país más de 200.000 millones de euros y eso sin impuesto).
En fin, que nuestros grandes economistas del gobierno y la oposición hacen propuestas sin sentido, incoherentes y poco apropiadas, basándose en una racionalidad más que dudosa. Como se decía en mi pueblo: corren como pollos sin cabeza.
El libro de Kahneman debería ser consultado por el ministro Montoro y su equipo ante las nuevas medidas propuestas, y en especial la subida del IVA. Y ello porque mucho me temo que los objetivos recaudatorios que se han propuesto no van a producirse. La irracionalidad se va a llevar por delante su política. Algunas razones: el ya comentado en otros post efecto inmersión, por el que se van a dejar de declarar todas aquellas actividades que se puedan. El ya famoso con IVA o sin IVA; la destrucción de la industria cultural, ya que con IVAs del 21% es poco probable que la gente compre libros, acuda al cine o a espectáculos… Si ya éramos “un país de piratas” y antes de la subida del IVA comprábamos CDs en la calle aunque tuviéramos que soportar las toses del vecino de butaca ¿se imaginan ahora? Por no citar la de e-books que van a circular por la Red; y finalmente, lo que denomino el efecto demostración. El gobierno está demostrando por qué se afirma que el PP es de derechas: aplica la máxima robar a los pobres para dárselo a los ricos. Y si no ¿cómo se explica que suban los impuestos que recaen sobre la clase baja y media y se olviden de, por ejemplo, un impuesto sobre los bienes de lujo del 33% que ya estuvo vigente con Adolfo Suárez o el impuesto sobre las grandes fortunas?
Por cierto, que este último también demuestra la esquizofrenia del PSOE que reclama en la oposición lo que se negó a introducir en el gobierno: lo pide nueve meses después de que su presidente negase su operatividad por poco recaudatorio y para evitar la huída de capitales (gran visión Sr. Zapatero, ya que de enero a junio se han ido del país más de 200.000 millones de euros y eso sin impuesto).
En fin, que nuestros grandes economistas del gobierno y la oposición hacen propuestas sin sentido, incoherentes y poco apropiadas, basándose en una racionalidad más que dudosa. Como se decía en mi pueblo: corren como pollos sin cabeza.
© José L. Calvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario